jueves, 27 de junio de 2013

Porque solamente con 26 letras se puede llegar a emocionar.

Buenas noches.
Me encuentro aquí porque hoy ha sido el primer día completo de vacaciones y la verdad no ha hecho mucho sol ni tenía nada especialmente llamativo para hacer, con lo cual el aburrimiento me ha traído hasta aquí.
Me dedicaré un poco a hablar de "No sonrías que me enamoro". 
La historia habla de la continuación de la vida del club de los incomprendidos, la relación de Raúl y Valeria, la unión de Ester y Bruno, del distanciamiento de Meri, es decir, es la continuación de los cabos sueltos de "Buenos días princesa".
Mi hermano flipó mucho cuando se enteró de que me acabé el libro ayer. La verdad se puede decir que me pasé media tarde del lunes y media del martes leyendo y cuando un libro engancha y no es difícil de leer se acaba en poco tiempo. 
475 páginas geniales que a pesar de no tratarse de mi género preferido es un libro que enamora debido a que habla de la vida de adolescentes de 16-17-18 años y sus problemas típicos además de mencionar canciones de cantantes conocidos así como nombrar series de moda actualmente en la TV. 
Dos cosas a destacar del libro son dos textos. El primero es la letra de una canción llamada "Llámame niñaque aparece escrita y la verdad por una parte me identifico y me encanta la letra:

Sé que no es fácil entenderme, sé que construyo castillos en el aire, sé que a veces dan ganas de matarme. Sé que muchas veces resulto insoportable, que vivo en mis cuentos y no hay quien me saque, que me pongo a hablar y no hay quien me calle. Sé que de un segundo a otro cambio de opinión, que con mis sentimientos no me aclaro ni yo, que no digo nada que alguien no haya dicho ya. Sé que me ahogo en un vaso de agua, que me aferro a lo que me invento para no tener que mirar a la cara de la realidad, para no tener que enfrentarme a la vida... Pero ¿cómo no quieres que crea en la magia si la veo, la siento y la llevo muy dentro desde hace tanto tiempo? Cuando miras hacia arriba y sientes cómo el cielo roza tu nariz, cuando irrumpe en tu piel el sol para darte calor, cuando te hace llorar una canción, cuando tienes sonrisas tan bonitas a tu alrededor, cuando ríes tanto que se te acelera el corazón, cuando la intensidad llama a la puerta de tu habitación, cuando encuentras algo que ni siquiera recordabas haber perdido. Y si no le llamas magia, ¿cómo explicas el color del cielo en este atardecer? Y si no le llamas magia, explícame dónde nacen las carcajadas. Y si no le llamas magia, dime cómo se llama esto que se crea juntando palabras. Sé que es difícil entenderme, pero no pienso dejar que nadie tire mis castillos en el aire.


Aparte de esta letra, en los agradecimientos aparecen también unas palabras que me encantaron (sí, me he leído los agradecimientos ya que Blue Jeans es un autor que me encanta, que me contesta a tuits y que incluso me sigue en twitter, red social que además menciona mucho en este libro).

No hace falta que sonrías para que me enamore de ti, ya lo estoy de la cabeza a los pies. Creo que hemos llegado a un punto en que los dos somos uno y el para siempre no es una quimera, es nuestra realidad.

Preciosa ¿verdad? Por lo menos a mí me ha encantado. Yo es que soy así.
Ah, y decir que el final del libro es un final precioso, sorprendente y esperado a la vez. ¿cómo puede ser eso?
Solo se puede averiguar leyéndolo.
Porque al fin y al cabo, todos los libros están escritos con 26 letras.
Hasta el próximo día que me dé por escribir que posiblemente sea el lunes.
Luc.
PD: Esta entrada estaba lista para publicar ayer miércoles 26 por la noche pero no pude porque blogger no iba demasiado bien.

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