Ahora has hecho esto, ahora, cuando más lo necesito.
Gracias.
Nunca me cansaré de agradecértelo.
Eres grande, eres enorme, eres un genio.
Gracias por comprenderme a la perfección una vez más, por hacerme sentir comprendida y arropada.
Hoy, desde mi soledad y desde la tranquilidad que ansio y necesito, tú has venido para dármela con esta maravilla.
Mi noche hoy será contigo, con los libros y contigo.
Mi cerebro te agradece enormemente esto que has hecho una vez más.
Gracias Adam, sin ti nada sería posible.
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