domingo, 1 de septiembre de 2019

Endless

No hay un motivo, ni un porqué, ni siquiera una persona, pero he de confesar que desde hace muchos años, desde antes de tener en casa conexión a Internet, desde antes de empezar la universidad tengo un poema favorito. He estudiado mucha literatura desde entonces, desde que descubrí ese poema. He leído mucho también desde que lo escuché por primera vez, pero supongo que me marcó de tal manera que al escucharlo esta noche de nuevo (28-8-19) un escalofrío me recorrió todo el cuerpo y creo que es muy digno de mencionarlo.
Creo también muy digno de mencionar que durante mi último año de carrera mencioné a la escritora de tal maravilla a la mejor alumna de mi promoción y no tenía ni idea de quién era Elizabeth Barrett Browning, y ahí no supe si sentirme orgullosa o decepcionada, por saber algo que ella no o por la poca o nula importancia que se le dio en una carrera en la que se supone que un nombre así tiene que sonarnos al menos. 
Es demasiado todo lo que ha pasado desde que lo conozco. Recuerdo no poder dormir muchos días y leer sus poemas, no solo este; recuerdo que lo descubrí de la misma manera que descubrí muchos otros poemas de otros muchos autores diferentes, y solo ese fue el que de verdad me marcó. Aún no tengo muy claro por qué, pero supongo que al final todos tenemos un camino y hay pequeños detalles que te van llevando por él. 
Este, en 2011, fue uno de ellos.
Esta es mi traducción favorita, de todas las posibles:


Te amo. 
Te amo desde el fondo del abismo hasta la región más alta 
que mi alma pueda alcanzar, 
cuando persigo en vano las fronteras del ser y la gracia. 
Te amo en libertad, 
como se aspira el bien.
Te amo con pureza, 
como se alcanza la gloria. 
Te amo con cada frágil aliento, 
con cada sonrisa y cada lágrima de mi ser. 
Y si así Dios lo desea, 
después de la muerte te amaré aun más. 



How do I love thee? Let me count the ways.
I love thee to the depth and breadth and height
My soul can reach, when feeling out of sight
For the ends of Being and ideal Grace.
I love thee to the level of everyday's
Most quiet need, by sun and candle-light.
I love thee freely, as men strive for Right;
I love thee purely, as they turn from Praise.
I love thee with a passion put to use
In my old griefs, and with my childhood's faith.
I love thee with a love I seemed to lose
With my lost saints, --- I love thee with the breath,
Smiles, tears, of all my life! --- and, if God choose,
I shall but love thee better after death.

Elizabeth Barrett Browning (1806-1861)





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