Te das cuenta de que las voces que dicen aquellas cosas tan horribles son reales, que están ahí y que repiten tus miserias una y otra vez. Y de repente de ves rodeada de llamas, pero lo que nadie sabe es que tú también eres fuego, fuego que se aviva más y más con cada llama que te rodea, y luchas por crecer, por volver a nacer, por vivir de nuevo.
Vales más que las voces, vales más que los rumores, vales más que los demás.
Bienvenida al club, osada en llamas.
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