domingo, 23 de septiembre de 2018

Lo sabemos

Era necesario equivocarse de alguna manera para así poder continuar. Era necesario hacerlo mal, pero hacerlo. Era necesario que de una manera u otra acabaras aquí y así poder cerrar el ciclo y continuar y continuar. 
Cada vez que te das cuenta de que lo que has hecho no está bien, o no es lo más correcto o aceptado, piensas en continuar, y en hacer las cosas bien. En pasar página, en seguir haciendo lo que quieres después de haber conseguido aquello que también querías, pero que no estaba tan bien. 
Moral o deseo. Los dos se debatieron en un corto y ni siquiera intenso debate moral donde claramente el deseo, después de llevar días y días deseando salir lo consiguió, y arrasó, demostró toda su fuerza y 10 segundos le hicieron falta para que la moral se quedara k.o. y no volviera a aparecer... hasta ahora mismo.
Ahora la moral despierta y a tope de cafeína sabe que es mucho más poderosa que el deseo, que ni siquiera tiene ganas de enfrentarse, el deseo que después de desatar toda su furia se ha quedado tranquilo y duerme y duerme y duerme.
Y yo aquí, continuo viendo como estos dos tienen el campo de batalla dentro de mí y me manejan incontrolablemente para donde quieren. 
Creo que ya va siendo hora de aprender a manejarlos.


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