domingo, 20 de marzo de 2016

Mi nota nunca suena si lo llevas todo al traste

Dicen que dos más dos son cuatro pero que el rosa no pega con el rojo, y yo me niego a creerlo. Me niego a creer que unas combinaciones sí y otras no; me niego a creer que todo está establecido como manden.
Dos más dos no son cuatro si añado una incógnita, la misma que puedo añadir a ese rojo fuego para que sea perfecto para ese rosa que dicen que tiene la vida.
Obviamente, a veces los deseos se me van por completo de las manos.
Ocurre entonces que el fuego ya no es rojo, y que la vida ya no es rosa: todo es naranja, naranja realista y fogoso al que el azul del agua le viene perfecto, y lo apaga, y se me va de las manos, al igual que los deseos.



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