jueves, 28 de abril de 2016

NÉBULA

Desperté rápido, me levanté y oí el canto de los demonios. Sinceramente no sabía si me cantaban o hablaban injustamente de mí, supongo que por envidia de tus besos cálidos, de tu incógnito pensamiento, mi sultana, Cleopatra de mi hoy, ayer estabas tan bella... qué pena que ya hayan pasado las 12 y aún no estés aquí, qué lástima que el paisaje de tus ojos no ilumine mi rostro, en mi ventana dejo un rosario aunque no crea en él, aunque él no crea en mí, tú dame paciencia mi virgencita santa. 

Algún día cuando no pienses en nada y disfrutes la calma, aparecerá en tu mente la cosmogonía ancestral de tu corazón.... Bella sultana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario