miércoles, 13 de agosto de 2014

Vivo en un mundo de fantasía en el que no sé si merecería estar

Siempre nos encontramos con un libro que nos marca porque es único, porque para nosotros fue diferente al resto, con algo nuevo que ofrecer, emociones que contagiar y con sueños que crear. Ese libro del que tanto aprendimos y que tanto nos enseñó, que tenía algo interesante que mostrar en cada página, algo nuevo, algo increíble. Ese libro por el que tanto cambiamos, que nos hizo cambiar, nos hizo ver de forma diferente, tal vez con gafas de color rosa, tal vez las gafas fuesen negras, pero que nos cambió, que nos enseñó que la realidad no es más que un sitio del que queremos huir, o puede que sea el lugar más perfecto del mundo, eso que vimos en cada palabra que decidía susurrar a los ojos para hacer emocionar. Ese libro al que tanto tiempo dedicamos y tantas veces leímos, por decisión propia, y sintiendo cada vez exactamente lo mismo, el mismo sentimiento. Pero si el libro nos cambia, el sentimiento puede llegar a cambiar también, y apartamos el libro, porque ya lo hemos leído, porque sentimos que ya no nos llena ni nos aporta nada nuevo, aporta o aparta ¿no? Lo apartamos, y queda en la estantería, llenándose de polvo, y nos da igual, nos da igual porque es un libro, los libros no sienten, pero es que a veces hacemos lo mismo con las personas, y ahí si que no nos debería dar igual. Esa persona que nos marca porque es única, porque para nosotros fue diferente al resto. Esa persona de la que tanto aprendimos y tanto nos enseñó, que cada día tenia algo interesante que mostrar. Esa persona por la que cambiamos a la que tanto tiempo dedicamos, y un día sin más, sentimos como se acaban las páginas, el libro acaba y lo dejamos, sentimos como a esa persona no le queda más que mostrar y la apartamos, y puede que nos demos cuenta de ello y que nos haga sentir, porque destrozar a alguien nos destroza, pero ¿por qué los libros no y las personas sí? Puede que no seamos tan diferentes, recibimos, ofrecemos y acabamos, y ahí nos apartan o apartamos, siempre buscando algo nuevo que nos llene más, pero ¿qué buscamos? ¿Realidad o fantasía? Puede que nada, puede que ambas. A veces la realidad es mucho más bonita que la fantasía, a veces la fantasía es mucho más oscura que la realidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario